Durante mucho tiempo, un gran número de emociones había sido suprimido en Raze. Desde que había asumido completamente el nombre de Mago Oscuro, sus emociones estaban entumecidas, con nada más que principalmente ira en su mente.
Casi a diario, repasaba en su cabeza lo sucedido, para no olvidar la venganza que necesitaba completar. Tenía que adormecer sus otras emociones porque era la única manera en que podía permitir que su Magia Oscuro creciera, y a su vez, su crecimiento le daba más poder para enfrentarse a sus enemigos.
Había cosas que el antiguo Raze jamás se había imaginado haciendo. Cosas de las que no se habría sentido orgulloso, pero en Alteriano, para progresar, tenía que continuar de esa manera, suprimiendo sus otras emociones.
Había traído esto consigo cuando entró en Pagna. Únicamente preocupado por su objetivo de volverse más fuerte—o al menos eso creía—, ya que la primera en abrirle ligeramente el corazón fue Safa.