Todos los presentes habían aceptado que Beatrix había sido elegida para obtener el Globo de Oro. Estaba en sus manos y ellos estaban allí atrapados, sin poder hacer nada más que esperar hasta que se acabara el tiempo. Por mucho que les frustrara, la barrera frente a ellos era justo eso—una barrera.
Al igual que arriba, la extraña energía que les rodeaba los suprimía. Podían acumular su energía Qi durante un corto tiempo, pero rápidamente se disipaba y para cuando lanzaban un ataque, era inútil.
Tanto rojo como Zon ni siquiera intentaron salir de la barrera. Ambos sabían por sus sistemas que no había nada que pudieran hacer. Por eso fue inesperado para todos cuando vieron a Mosak rompiéndola.
Él había clavado sus dedos en la barrera, brillando con una extraña energía amarilla. Solo había abierto una pequeña sección de la barrera, pero luego con su otra mano, la había abierto hasta que la barrera se hizo añicos como vidrio.