Dentro del Gremio Orian, la presentación se llevaba a cabo con normalidad. Había personas colocadas en el primer piso observando las cosas que sucedían, disfrutando de su día tranquilo.
Para ellos, este era un día de descanso. No era como si su presencia fuera necesaria, pero estaban allí más que nada para asegurarse de que el evento transcurriera sin problemas.
En el segundo piso, había quienes esperaban pacíficamente, incluso bostezando ya que se estaba alargando más de lo que esperaban.
—¿Me pregunto cuándo terminará esto? —dijo uno de los miembros del Gremio Orian.
—Temer lo Invisible —susurró una voz en el lado derecho de su oído.
El miembro del Gremio rápidamente giró la cabeza, pero una palma oscura llena de magia ya se había enganchado justo en su rostro, destruyendo cada parte de él.
—Porque siempre estamos cerca —dijo el miembro del Gremio Oscuro mientras retiraba su mano, mirando al mago muerto que ahora estaba en el suelo.