Un Mensaje Explosivo

Una cantidad abrumadora de emociones había golpeado a Fing justo en el pecho. Su cuerpo, ya no estaba bajo su control; sus manos temblaban mientras miraba lo que había en el suelo. Hacía mucho tiempo que había dejado ir el ataúd, dejándolo caer al suelo. Ahora, lo único que podía ver era la cabeza explotada, partes de ella esparcidas por el suelo. Han ya no era reconocible, aparte de la ropa que estaba usando en ese momento. Nadie podía decir que era él.

—Hermano… ¿cómo, cómo pudo haber pasado esto, cómo pudiste haber sido… cómo pasó esto?