Atrapando a una Reina

Alex no iba a tomarse precisamente su tiempo haciendo el amor con Margaret. Había tenido, por pura casualidad, un éxito crítico con cada uno de sus comentarios en una sola conversación y obligado a la mujer a alcanzar la máxima calificación de afecto.

En otras palabras, acababa de convertir a una de las mujeres más poderosas de este mundo en su juguete personal. Y aunque probablemente no habría recompensa en la rueda de premios, ya que se acercaba al límite, su plan era simple.

Él esperaría a que la Reina de Omán se cansara de su reunión con su marido y regresara a su dormitorio, en el cual Alex ya había puesto las cosas en juego para asegurar que sucedieran. Un simple mensaje de texto de su hija durante la reunión haría que la mujer entrara y pillara a Alex y Margaret.