A pesar de la urgencia de la situación y la necesidad de un frente unido, la reticencia de los semi-humanos a abandonar su patria por el bien de la supervivencia inquietaba a Rain. Parecía que la seguridad que habían encontrado dentro de su territorio los había cegado al problema real que enfrentaban…
—Supongo que no se puede hacer nada... dividiremos nuestras fuerzas y si nadie puede hacer eso, comandaré a los semi-humanos que quieran luchar y puedan usar la cabeza para entender la situación —dijo Isa—. Partiremos en tres días, y necesitamos reagruparnos con los demás en menos de una semana para tener alguna oportunidad de llegar a los dragones. Eso es todo.