Mientras Rain repartía las reliquias entre su familia, se produjo una notable ausencia de cualquier respuesta o reacción inmediata de los artefactos cuando comenzaron a avanzar. La falta de cualquier indicación de adversarios o criaturas aumentó la cautela de Rain. A pesar de esto, se abstuvo de desplegar su dominio, una medida que le habría permitido supervisar cualquier intento de las reliquias de comunicarse con su familia o hijos, tentándolos potencialmente con promesas de poder.
La ausencia de cualquier actividad evidente de las reliquias, sumada a la ausencia de amenazas visibles, solo sirvió para amplificar la cautela de Rain. Permaneció vigilante, alerta ante posibles peligros que podrían surgir inesperadamente, incluso mientras los artefactos permanecían inactivos. Este enfoque cauteloso reflejaba su instinto protector de resguardar a sus seres queridos de posibles manipulaciones o daños.
—Tu prueba es demasiado obvia, no se dejarán engañar —dijo la mujer en la oscuridad.