Mientras Rain se enfrentaba al tipo del teletransporte, se dio cuenta de que este enemigo no era alguien a quien pudiera enfrentar solo en ese momento. La atmósfera crepitaba con una tensión subyacente y, a pesar de la falta de hostilidad manifiesta, Rain no podía permitirse bajar la guardia. Entendía que un solo paso en falso en este encuentro podría poner en peligro la seguridad de toda su familia.
La figura exudaba un aura de autoridad y poder que estaba más allá de las capacidades actuales de Rain para desafiar. No se trataba solo de fuerza física; había una presencia sobrenatural sobre el guardián que insinuaba habilidades mucho más allá del simple dominio del combate convencional. Este no era un enemigo al que pudiera enfrentarse directamente, especialmente considerando la seguridad de sus seres queridos.