Mientras Zeus se embarcaba en la monumental tarea de crear nuevas especies, Rain observaba cómo el intrincado proceso se desarrollaba dentro de los confines del dominio. La dificultad no radicaba solo en construir los componentes individuales del cuerpo humano, una tarea bien dentro de las capacidades de Zeus, sino en fusionarlos sin problemas para formar un todo funcional y resiliente. Fue esto lo que resultó ser el mayor desafío.
Una y otra vez, los intentos de Zeus resultaron en monstruosidades grotescas y no viables. Rain no podía escapar del desfile de pesadilla de experimentos fallidos, cada uno un testimonio de las complejidades involucradas en la creación de un cuerpo vivo y sensible al mana. Las escenas eran desconcertantes, con extremidades malformadas, rasgos distorsionados y estructuras inestables que se desplomaban bajo la influencia del mana. Zeus realmente había asumido el papel de Frankenstein...