A pesar de los ataques combinados de las fuerzas aliadas, la monstruosidad imponente maniobraba hábilmente su enorme martillo, bloqueando ataques desde todas las direcciones. Era una hazaña aparentemente imposible ya que el enemigo lograba defenderse de asaltos por todos lados con cualquier tipo de arma.
Las explosiones mágicas, infundidas con fuego de Roan, Asche, Liss, Jori y Reca, bombardeaban sin cesar al enemigo. Cada golpe tenía como objetivo disminuir la defensa adicional proporcionada por la escarcha que lo rodeaba, como Roan había instado al grupo a hacer. Sin embargo, el enemigo empuñaba su arma con una agilidad sorprendente, creando una barrera protectora contra el asalto mágico.