Cuando el oído de una persona sufre un daño grave o una parte de este, como el lóbulo de la oreja o la oreja completa, se pierde, puede tener varias consecuencias. La oreja externa, incluyendo el lóbulo y el canal auditivo externo, juega un papel crucial en la captura y canalización de las ondas sonoras hacia el conducto auditivo. Perder una porción de la oreja externa puede impactar la habilidad de la persona para recolectar y procesar el sonido de manera efectiva.
Además, daños en el oído y los tímpanos también pueden afectar el sentido del equilibrio de una persona. El oído interno juega un papel crucial en mantener el equilibrio, y las interrupciones de su funcionamiento normal pueden causar mareos, vértigo y una sensación de inestabilidad.
En el caso de Rain, perder su oreja derecha no solo significa una pérdida potencial de audición de ese lado, sino también un impacto significativo en su habilidad para percibir con exactitud la dirección de los sonidos en su entorno.