Causando problemas

El poderoso puñetazo en la sien de Rain lo dejó momentáneamente desorientado, viendo estrellas mientras el mundo giraba a su alrededor. El vértigo amenazaba con engullir sus sentidos, pero eventualmente Rain apretó los dientes y soportó la incomodidad. El dolor era fugaz, y sabía que necesitaba recuperarse rápidamente para contrarrestar el asalto implacable de Sealyn.

En ese breve momento de vulnerabilidad, Rain instintivamente levantó su guardia y se concentró en estabilizarse. Sentía una sensación de frustración dentro de sí, al darse cuenta de que había caído en un truco bastante obvio. La tentación de suspirar por su descuido persistía, pero Rain la suprimió. No había lugar para la autocompasión en medio de una feroz batalla. En cambio, reconoció la necesidad de aprender de sus errores, jurando estar más vigilante frente a las tácticas impredecibles de Sealyn.