Rain, en su estado actual, se movía con una velocidad asombrosa, asemejándose a un rayo oscuro desde la perspectiva de su escuadrón. Sus movimientos eran un borrón mientras se movía alrededor de los caballeros gigantes de la muerte, golpeándolos desde todas las direcciones. La implacable ráfaga de ataques dejaba a los gigantes esqueléticos desorientados e incapaces de recuperarse del ataque inicial.
El impacto de los golpes de Rain hacía que piezas de sus estructuras óseas se desmoronaran y cayeran rápidamente. Energía oscura seguía detrás de él mientras se tejía a través de los enemigos, dejando destrucción a su paso. Los caballeros gigantes de la muerte, que antes eran imponentes y formidables, ahora luchaban por enfrentarse al implacable asalto de Rain. El campo de batalla resonaba con los sonidos de huesos rompiéndose y restos esqueléticos desmoronándose mientras Rain ejecutaba sus maniobras a velocidades relámpago, cambiando la marea a su favor.