Dragón Pequeño Enojado

—Archer salió de la tienda y escaneó sus alrededores. Teuila se sorprendió de su generosidad hacia la anciana y preguntó —¿Por qué le diste tanto oro?

—Él se giró hacia ella y respondió —Tengo mucho oro, y en el futuro, quizás ella encuentre hechizos valiosos para nosotros.

—Teuila asintió en acuerdo, y comenzaron a caminar por la calle. Ella miraba a su alrededor con fascinación, como una campesina en la ciudad. Mientras paseaban, la gente los miraba y susurraba entre ellos.

—Mira a esa pareja. No son de aquí.

—Esa chica es impresionante. Parece una princesa guerrera.

—Parecen una gran pareja. Me pregunto si están casados.

—Archer ignoró los comentarios y siguió caminando hasta que el castillo apareció en su vista. Teuila se detuvo y miró asombrada.

—Sin quitar los ojos del castillo, habló —¿Esa es tu casa?

—Él asintió —Desafortunadamente, lo es. Tenemos que esperar hasta la noche para llegar al balcón de Ella.