—Archer tomó una profunda respiración al ver a los Orcos Salvajes corriendo hacia ellos —dijo él—. Una vez preparado, soltó un rugido que sacudió la tierra y que repercutió a través del túnel, seguido por un chorro de fuego de dragón dirigido hacia ellos.
—Cuando las llamas violetas conectaron con las criaturas, el caos estalló mientras el rugiente fuego se extendía sobre las filas delanteras de los Orcos, reduciéndolos a cenizas —comentó ella—. Pero ese no fue su único ataque; Archer comenzó a lanzar Misiles de Plasma y Explosiones Sobrenaturales en la horda, causando aún más explosiones.
—Sus ataques detuvieron la carga, confundiendo al enemigo, dándole a Archer el tiempo suficiente para girar hacia la chica dragón que sonreía feliz —mencionó él—. Sera, que todavía saltaba, fue empujada hacia adelante mientras él le daba una fuerte palmada en el trasero, provocando que ella estallara en acción con una sonrisa al invocar sus garras.