Se sentía como un depredador midiendo mis capacidades

Archer y Eveline se levantaron antes de despedirse de Marvin, quien les deseó un buen día. —Dijo que quería una invitación a la boda, lo que sonrojó las mejillas de las chicas conejo.

Le pareció adorable su expresión avergonzada. Pronto, caminaron por la ciudad, absorbiendo las vistas y sonidos. La gente cerraba sus puestos después de vender su mercancía o se marchaba.

Mientras paseaban, Archer contemplaba la belleza de Eveline, que no podía superar. Ella se parecía a una chica conejo de un anime de vuelta en la Tierra. Tenía el cabello blanco largo que le caía hasta la mitad de la espalda y ojos rojos brillantes que relucían con emoción.

Tenía una constitución delgada y atlética con caderas y muslos gruesos que agitaban sus deseos, pero Archer apartaba esos pensamientos. Al igual que Teuila y Nala, ella era una guerrera con músculos bien esculpidos que no podían ocultar el encanto femenino que desprendía.