Ten cuidado

Aisha suspiró, frotándose las sienes mientras miraba el interminable montón de papeleo. A pesar del agotamiento que se apoderaba de sus huesos, una pequeña sonrisa tiró de sus labios—este era el reino de su esposo, y no lo cambiaría por nada.

Sentada en su nueva mansión en Ciudad Corazón del Dragón, la recién construida capital del reino, estaba revisando algunos papeles. —Los trabajadores hicieron un buen trabajo en Dragonheart; ahora se han trasladado al palacio de Archer. Las otras ciudades deberían seguir después —murmuró Aisha con una sonrisa.

Mientras estaba sentada allí, la mujer dragonina comenzó a pensar en Archer, que estaba en la habitación de al lado. Estaba casi muerto debido a un veneno desconocido que el Enjambre había utilizado en él. Pero gracias a la magia de Lucrezia, pudo aferrarse a la vida hasta que las chicas regresaran.