Esposa Enana

Archer y Elara continuaron discutiendo sobre las legiones y su entrenamiento, temas que Archer admiraba debido a la implacable dedicación del Mariscal Dragón. Observó a la mujer dragonkin pelirroja mientras se acomodaban en sus asientos.

—Asegúrate de que los soldados descansen y entrenen tanto como sea posible. El reino todavía tiene algunas cosas que resolver antes de que podamos actuar —instruyó.

Elara asintió pensativamente antes de preguntar con curiosidad —Entonces, ¿cuatro años no fueron suficientes para completar todos tus proyectos? Has conectado cada pueblo y ciudad con trenes, y las bases submarinas y submarinos están terminados. ¿Qué queda?

Archer se rio ante su curiosidad. Estaba complacido con su progreso y los beneficios para el reino y la Compañía Wyldheart. Reflexionó sobre la multitud de proyectos que lo mantenían ocupado.