Los muertos deben permanecer muertos

Archer y las tres mujeres entraron a la casa, y estaba oscura, excepto por la luz que provenía del jardín trasero. Ellie se acercó a la puerta trasera y salió afuera, solo para ver a Micha e Isabella tomando café mientras charlaban.

Las dos mujeres mayores se giraron hacia el grupo con grandes sonrisas. Micha fue la primera en hablar alegremente:

—¡Mis amores! ¿Cómo estuvieron sus clases?

—Estuvieron bien, mamá, lo mismo de siempre. —Ellie respondió antes de que Cece y Sasha la arrastraran a su habitación.

Archer se rió al ver esto, lo que hizo que Isabella preguntara con una ceja levantada:

—¿Por qué están tan emocionadas?

—Vamos a salir esta noche —respondió mientras se sentaba junto a las dos mujeres—. Me preguntaba si estas bellas damas quisieran salir en una cita en un día o dos.

Al escuchar esto, Micha e Isabella intercambiaron miradas antes de que la mujer de cabello corto asintiera y preguntara: