A pesar de que Michael hizo todo lo que pudo para volverse tan fuerte como fuera posible, estaba nervioso. Sólo una lucha lo separaba de cambiar el universo para siempre. Era extraño pensarlo de esa manera, pero eso era exactamente lo que la situación actual era. Michael lucharía contra El Primigenio pronto, y al derrotarlos, cambiaría el universo para siempre.
Tal vez el caos seguiría poco después de la derrota de El Primigenio, pero el caos sería reemplazado por un océano tranquilo pronto. Varios dioses y otras entidades poderosas se harían cargo del universo. Quizás establecerían reglas para todos o dividirían el universo en diversas secciones para protegerlos por separado.
A Michael no le importaba el camino que seguiría tras la muerte de El Primigenio todavía. Le preocupaba más El Primigenio y cómo la urdimbre respondería a sus muertes. Eso podría convertirse en un problema, posiblemente.