816 Hacerlos Subir a Bordo

Media hora después, Wolfe les había confeccionado a todas unos nuevos y elegantes vestidos de noche para la cena, y Reiko había enviado a buscar a Arturo, para que todos pudieran bajar juntos.

El Consejo del Aquelarre estaría todo allí, Wolfe suponía. Quizás Reiko tenía la intención de una cena familiar, o una con sus asesores cercanos, pero las ancianas no querrían perderse ésta mientras el trato todavía estaba siendo revisado por el equipo legal.

Había demasiado en juego como para no tener su propio aporte en las enmiendas finales, y ya no tenían el poder físico o político para cambiar el trato una vez hecho, una caída en el estatus que todavía las perturbaba enormemente.

Solían gobernar la ciudad con puño de hierro, o lo hacían sus predecesoras, para las que habían perdido un Jefe de la Familia en la lucha. Pero esa era ya había pasado, y estaban luchando por adaptarse a la forma en que habían sido criadas y entrenadas durante medio siglo.