—La primera que subió fue la Ministra de Finanzas y su familia, como había decidido el Consejo. Si había alguien que debiera verse apoyando públicamente la medida, era la encargada de las finanzas de la ciudad, después de todo.
Así que, sin vacilar, ella lideró un gran camión de carga junto a Wolfe y vino a susurrarle al oído.
—No necesitamos descargarlo, ¿verdad? Preferiría no mostrar al mundo entero cuánto dinero ha acumulado mi Familia en los últimos dos siglos —dijo ella.
Wolfe había sospechado que ese podría ser el caso, pero también haría su vida mucho más fácil, ya que nadie estaría comparando directamente el valor neto en público, por lo que no sabrían cuánto estaba aumentando él los cubos.
Había acordado darles una tasa favorable para ayudar a que la ciudad se recuperara, pero las Familias del Consejo habían estado abusando de su poder durante mucho tiempo, y era mejor enderezar las cosas, aunque fuera un poco.