845 Cuántas Veces

Wolfe y el protector del pueblo se enfrentaron a un enigma. El hechizo bien podría volver a apuntarles, y tendrían pocas posibilidades de ganar sin intervención externa, lo que llevaría al saqueo de sus tecnologías avanzadas por parte de los invasores.

La respuesta obvia era ocultar todas las armas militares de tal manera que no se encontraran fácilmente, pero era imposible saber qué tipo de objetos podrían ser útiles para una sociedad mágica de otro modo primitiva.

Pero más preocupante era el hecho de que podrían no ser el primer ni el último objetivo del hechizo. Si los humanos de otros mundos estaban lanzando ese hechizo regularmente para crear áreas de entrenamiento, ya podrían tener todo tipo de tecnología militar de este mundo, y nadie lo sabría.

El hechizo devolvería todo a su estado original, y luego se irían con sus ganancias ilícitas.