Más importante aún, al igual que los diferentes mundos de los Reinos Mortales, había muchos más Reinos Demoníacos que aquel en el que había estado. Constituían la mayoría de las capas bajo el Plano Mortal, y cuanto más bajabas, más poderoso se volvía el mínimo, mientras que muy pocos lograban superar ese punto para ascender a la cima.
Era como obtener una educación universitaria en un minuto mientras Wolfe descubría un mundo entero lleno de hermosas mujeres elementales de fuego, todas de Rango Seis, incapaces de avanzar más allá de sus límites raciales, pero viviendo en una capa de la realidad donde nada menos era posible.
Para ellas, no había débil o poderoso, era casi como si el poder no existiera en absoluto, aunque todas tenían un control total del Elemento de Fuego, mucho más allá de lo que Wolfe podría haber soñado alcanzar. Había mundos de Relámpago, y la sola vista era suficiente para ayudar a Wolfe a comprender el Elemento.