Mundo Superior, Reino Humano.
Iglesia de la Ciudad...
Un hombre está parado frente a la Iglesia con ropas blancas y ese hombre no era otro que León mismo, El Avatar del Dios de la Verdad.
—Mi querido pueblo... Todos han visto sus actos malvados. Anon Agreil no es un buen hombre y huyó tan pronto como se dio cuenta de que yo venía a matarlo.
Pero, sus fuerzas aliadas aún viven bajo su casa, esos Monstruos Ogros Impíos. Mis hermanos y hermanas... Deben creer en mí y les daré poderes más allá de la imaginación para luchar contra todos esos monstruos malignos.
—Entonces, ¿están conmigo? —preguntó León con una expresión seria.
—¡SÍ, PADRE LEÓN! —Todos los Humanos presentes dentro de la Iglesia gritaron en voz alta.
—Muy bien... El sol saldrá en una hora y con el amanecer de hoy... Eliminaremos a todos y cada uno de los que están conectados con Anon.