—Ven, ven... Dame más sangre —dijo Anon con una sonrisa loca mientras continuaba matando a los Yunros sin detenerse.
A este punto, incluso los Yunros tenían miedo de Anon y todos huían por sus vidas.
Había miles de Cavernas dentro de la montaña, ya que estaba completamente hueca por dentro y Millones de Yunros vivían en ella.
Pero, había una cueva que tenía una Puerta. Era la cueva más grande de todas.
—¿Dónde está esa Puta Mutada? Sáquenla —gritó Anon mientras continuaba cortando a los Yunros como rebanadas de Pizza.
—El Maestro está volviéndose loco con ellos —comentó Mike con una sonrisa mientras miraba a Anon desde arriba.
—¿No deberíamos ayudar, Maestro? —preguntó Medusa con una expresión confundida.
—Sí, ponte frente a la cuchilla del maestro y yo prepararé tu funeral, Chico —dijo Mike con una expresión neutra mientras miraba a Medusa.
—¿M-Maestro me matará? —preguntó Medusa con una expresión asustada.