—Voy a tomar esto... —¡OH, MIERDA! —Tan pronto como Anon intentó agarrar la Excalibur, sintió su mano ardiendo en llamas muy fuertes.
Anon inmediatamente lanzó la Excalibur lejos y miró a Leon, quien todavía lloraba mientras miraba su brazo cortado.
—O-Oye, corre.
—S-Sí, vamos a huir.
—¿Q-Qué tal si solo le pedimos perdón?
—¿No viste lo que le hizo al otro tipo?
...
Los aldeanos comenzaron a hablar entre ellos mientras planeaban escapar.
—Vaya, vaya... Parece que tus seguidores acaban de perder la fe en ti —Anon habló con una sonrisa mientras miraba a los humanos.
—Nooo... Mi brazo... Mi br- —Antes de que Leon pudiera terminar su frase, Anon lo agarró de la nuca y estrelló su cara contra el suelo.
—Esto es por mi casa —Anon habló con una sonrisa mientras retrocedía su cabeza.
—N-No, por favor... No hice
*Golpe*
—Esto es por matar a mis ogros —Anon habló mientras lo estrellaba contra el suelo una vez más.