—¿Yo? —preguntó el centauro masculino señalándose a sí mismo.
—No tú... Ella —dijo Anon con una sonrisa mientras señalaba a la centaura que estaba sentada justo a su lado.
—Pero-
—No te preocupes, estoy preparado para esto —habló la centaura con una expresión seria mientras se levantaba de su asiento y miraba a Anon con seriedad.
*TRUENO*
De repente, un rayo cayó justo antes de que ella pudiera empezar a hablar.
Todos los que estaban en la sala se sobresaltaron por el ruido fuerte y el brillo intenso, pero un hombre permaneció imperturbable, Anon Agreil.
—Habla —dijo Anon con una sonrisa.
—Señor, hemos venido aquí para pedir ayuda-
—Todos los que estamos en esta mesa estamos aquí por ayuda —respondió Anon de inmediato.
—Nos están cazando, señor Anon —habló ella.
—¿Por quién? —preguntó Anon.