—¿Sintiéndote asustado ahora, verdad, Puro? —preguntó Anon con una sonrisa malvada mientras sus ojos brillaban intensamente de color púrpura.
—¿C-Cómo sabes sobre ella? —preguntó Puro mientras su voz empezaba a quebrarse.
—Conozco a todos los que tú conoces. Esa es la belleza de esto... —respondió Anon con una sonrisa.
—Estás faroleando... Esa es la dirección equivocada, le dije que se mudara
—Sé... Le dijiste que se mudara a otro reino y que no te dijera a dónde iba, pero, ¿adivina qué?
Mis chicos encontraron a tu esposa, Puro... —habló Anon con una sonrisa maliciosa.
—E-Ella es mi exesposa y no tiene nada que ver con esto... No la toques. Haz lo que quieras conmigo... P-Pretenderé que me duele y todo, solo déjala ir —habló Puro con una expresión seria.
—Dios mío... Mira a este MF, negociando conmigo como si fuera algún traficante de esclavos local. Escúchame, maldito elfo... .