—Oi, Corez... Retrocede o serás arrestado —Fe habló con una expresión seria.
—No, no lo será —Anon habló desde el otro lado.
—¿No lo será? Pero, morirá... Sr. Anon —Fe habló con una sonrisa.
—Eso es lo que... estoy tratando de hacer, amor —Anon habló con una sonrisa mientras se quitaba la chaqueta y la camisa otra vez.
Tan pronto como Anon hizo esto... Una sensación de hormigueo recorrió el cuerpo de Fe y ella inmediatamente se mordió el labio inferior.
—Qué musculatura y también está sudado... Me pregunto a qué olerá —Fe habló en voz baja mientras miraba a Anon.
—Ven por mí... Niño —Anon respondió con una sonrisa mientras miraba a Corez y apretaba los puños de nuevo.
—Estás muerto, Humano —Corez habló con una expresión de enojo mientras miraba a Anon.
—Sí... Ya veremos —Anon respondió mientras le sonreía a Corez.
De repente, dos látigos hechos de metal aparecieron en las manos de Corez.
—Dios mío —Anon habló con una sonrisa mientras miraba los látigos.