—¿C-Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser Anon Agreil? —gritó el general mientras miraba al joven mago que acababa de hablar con Anon.
—No lo sé... Pero, estoy bastante seguro de que es el Sr. Anon Agreil —respondió el joven mago con una voz titubeante mientras miraba al general.
—Si él es Anon, entonces cómo puede morir como— —antes de que el general pudiera completar su frase, otro mago lo interrumpió.
—Él se está levantando de nuevo... —habló el mago con una expresión asustada mientras miraba a Anon, quien ya se estaba levantando de nuevo y la herida en su cabeza se curaba a una velocidad increíble.
—¿Cómo se está curando tan rápido? —preguntó el mago mientras todos miraban a Anon con expresiones confundidas y sorprendidas.
—Increíble... —habló el joven mago mientras avanzaba y miraba a Anon con ojos asombrados.
...
—Sostén el abrigo... Niño —habló Anon mientras se quitaba el abrigo y lo lanzaba hacia el joven mago.