Reino de Elfos, castillo real, habitación de Anón...
*Puff*
—Ra-Ra-Rasputín... —Anón está de pie en el balcón de su habitación, cantando mientras fuma un cigarro.
*Toc-Toc-Toc*
—Hmm...? Adelante —respondió Anón con una sonrisa mientras miraba hacia la puerta.
*Click*
—Dis-disculpe, Maestro Anón. ¿Puedo entrar? —preguntó María al abrir la puerta.
—Ya dije que entraras, Luv —dijo Anón.
—Gracias, Maestro Anón —respondió María mientras entraba a la habitación y cerraba la puerta como una buena chica.
María se acercó al balcón y se paró detrás de Anón con expresión neutra en su rostro.
—Hola, Luv —habló Anón mientras tiraba su cigarro afuera y se daba vuelta con una sonrisa en su cara.
—Hola, Maestro Anón —respondió María con una sonrisa.
—¿Estás casada? —preguntó Anón mientras se acercaba a María.
—No, Señor —respondió María con expresión neutra.
—¿Cuántos años tienes? —preguntó Anón con una sonrisa mientras lentamente ponía su mano en su hombro y olía su cuello.