—La nieve está cayendo del cielo y los aires fríos fluyen por todo el Reino Humano.
—Mientras una tormenta se dirige hacia las Afueras, una chica está parada fuera de la casa de Anon con una expresión determinada en su rostro.
—Quiero conocer... A Anon Agreil —Sylvi gritó mientras avanzaba, pero un campo de fuerza la detuvo y no pudo avanzar más.
—Ay, ay... Este maldito velo invisible está jodiéndome —Sylvi gritó de enojo mientras pateaba el campo de fuerza una y otra vez.
—Cálmate, Luv —de repente, una voz vino desde la puerta de la Mansión.
—¿Qué!? —Sylvi inmediatamente enfocó sus ojos en la puerta principal de la mansión y notó que se estaban abriendo lentamente.
—¿Va a salir él? —Sylvi preguntó con una expresión confusa.
—No, esa es una criada... Yo ya estoy afuera —de repente, se escuchó la voz de Anon desde atrás.