—Ahora, ¿puedo preguntar... Qué estás haciendo aquí, Humano? No, ¿cómo encontraste este lugar en primer lugar? —preguntó Dalotide con expresión confusa.
—Tu cara es tan horrible que ni siquiera quiero mirarla... Olvídate de hablar contigo —habló Anon mientras miraba hacia otro lado con expresión neutral.
—El mana que este círculo mágico succionó de tu cuerpo puede sustentar este campo de fuerza por más de 300 años y tú como humano morirás en unos 30 días sin comida ni agua. Así que, más te vale que me respondas, ojos rojos... O te descompondrás en esa maldita cosa durante los próximos 300 años porque no tengo
—¿Acabas de llamarme, ojos rojos? —preguntó Anon con expresión confusa mientras interrumpía a Dalotide.
De repente, Dalotide dejó de hablar...
—¿Puedes verme, sin tus ojos? ¿Cómo? —preguntó Anon con expresión confusa.
—Jejeje... ¿Por qué crees que produzco todas estas criaturas? —preguntó Dalotide mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro.