—Parece que tu valentía ha aumentado bastante en los últimos miles de años, Duende del Vacío —dijo Azroth con voz indiferente al aparecer frente a Eldrakar y Baphomet.
—Duende del Vacío... —Baphomet casi se atragantó cuando oyó lo que Azroth llamó a Eldrakar, pero no dijo nada y simplemente examinó al hombre frente a él.
Aunque no podía evaluar adecuadamente el nivel de poder de Azroth ya que su aura era muy extraña y caótica, sintió peligro tan solo con mirarlo, lo que indicaba que no era débil.
La cara de Eldrakar se volvió fea al oír lo que Azroth le llamó, y apretó los puños fuertemente.
—¿Cómo sigues vivo? —preguntó con voz ronca.
La expresión de Azroth no cambió al escuchar a Eldrakar y preguntó con voz apática. —¿Es extraño que esté vivo?
—Deberías estar muerto. Después de todo, habría sido imposible que él apareciera si todavía estuvieras vivo —dijo Eldrakar mientras miraba a Baphomet, que estaba de pie a su lado.