Saliendo de la Tumba (Parte 9—Última)

Azroth sostenía una gota de Esencia Original sobre su palma y la dejó caer sobre el mango de la Alabarda de Destrucción.

En el momento en que la Esencia Original entró en contacto con la alabarda, esta la absorbió, y una presión aterradora cubrió todo el altar.

Evan sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal al mirar la alabarda frente a él con una expresión de asombro.

Aunque la presión emitida por la alabarda duró solo un breve segundo, Evan no pudo evitar tragar saliva porque en ese breve segundo, sintió una presión que podría destruir cualquier cosa.

Esa presión estaba a la par, si no era más fuerte, que la de Eldrakar y Baphomet. A medida que la alabarda recibía la energía de la Esencia Original, las runas grabadas en el altar empezaron a brillar locamente como si acabaran de recibir un poderoso tónico.