—Eso es... —Searoth se sorprendió cuando vio el objeto que Anastasia sacó de su anillo de almacenamiento.
Al ver la reacción de Searoth, una sonrisa oculta apareció en el rostro de Anastasia.
«Parece que no será difícil convencerlo», pensó y lanzó el objeto que había sacado hacia él.
Searoth atrapó la pequeña ficha de hierro que Anastasia le lanzó con las manos temblorosas y tragó saliva.
—¿Esto... Es real? —miró la ficha de hierro por un momento antes de desviar la mirada hacia Anastasia.
—¿Qué crees? —Anastasia no respondió directamente a la pregunta de Searoth, sino que le preguntó con una sonrisa en su rostro.
Evan también miró la ficha de hierro que Searoth sostenía, pero no encontró nada especial en ella. Para él, la ficha de hierro parecía una pieza de chatarra desaliñada, por eso no entendía por qué el demonio de Rango Cinco frente a él estaba tan impactado.