—¿Te interesa esa espada? —preguntó Anastasia al ver a Evan mirando una espada de gran rango de nivel tres para principiantes que estaba siendo subastada.
—No, la estaba mirando porque esta espada se parece un poco a una que tengo —dijo Evan mientras observaba la espada de profundo rojo que se parecía a la Espada del Destino que utilizó en la Tumba de los Antiguos.
—Además —giró su cabeza hacia Anastasia y le preguntó con una sonrisa en su rostro—, ¿crees que necesito estas armas de bajo nivel cuando tengo una hija que puede convertirse en una alabarda impresionante?
Anastasia se quedó sin palabras cuando escuchó a Evan y no tuvo palabras para refutar. Había sentido el poder de la Alabarda de Destrucción, así que conocía muy bien cuán rotos eran los poderes escondidos dentro de ella.
La subasta continuó sin problemas, y aunque muchos artículos interesantes estaban siendo subastados, Evan y Anastasia no mostraron interés en ellos.