La repentina aparición de Evan alarmó a León, Emma y los demás cazadores, haciendo que el maná en sus cuerpos se agitara. Era obvio que todos estaban listos para atacar.
—¿Quién eres tú? —preguntó León con una mirada cautelosa en su rostro mientras de su cuerpo emanaba una niebla de hielo.
Mirando al joven de cabellos negros con un rostro de apariencia promedio, León no sentía nada como si el chico frente a él fuera solo un humano normal sin ningún poder.
Este descubrimiento asustó a León porque Evan claramente no era una persona normal. Sin embargo, él, un cazador de rango S, no podía sentir nada de él.
—¿Podría ser que este chico también sea alguien por encima del rango S como ellos? —León de repente pensó y su cuerpo se tensó.
Al ver la mirada cautelosa y asustada de León y los demás, Evan no sabía qué decir, así que dio un paso atrás y levantó la mano.
—No tienen que tener miedo de mí. No tengo ninguna intención maligna hacia ustedes.