De Vuelta de los Muertos

—¿Qué pasa, bro?

—Abadón parpadeó varias veces en un segundo.

—De alguna manera, de algún modo, ya no estaba dentro del infierno.

—En cambio, estaba de pie en un edificio de apartamentos en el centro de la ciudad que parecía estar ubicado en una gran ciudad.

—La luz del sol entraba a raudales por tres grandes ventanas abiertas en un dormitorio blanco de tamaño decente.

—Un joven estaba sentado en un escritorio al otro lado de la habitación.

—A primera vista, Abadón lo confundió con su yo pasado.

—Era un joven negro en sus veintitantos con el cabello corto y gafas.

—Las diferencias clave eran que este hombre tenía barba corta, su cara no tenía acné, y su brazo izquierdo estaba cubierto de tatuajes; un komainu en su brazo superior, y una hermosa mujer con una máscara hannya partida en su antebrazo.

—Abadón esperó y esperó, pero el joven solo seguía tecleando en su computadora después de su saludo inicial. Sin molestarse en decir nada más.

—…¿Qué es esto?

—Moriste.

—¿Qué?!