Al igual que en clase, Courtney se quedó dormida mientras escuchaba a su padre hablar sobre su historia.
Pero esta vez, tenía menos que ver con que no encontrara el material interesante y más con el hecho de que la voz de su padre era como terciopelo y seda que tuvieron un bebé hecho de piel de chinchilla.
¿Quién podría culparla por su incapacidad de mantenerse despierta?
Los días en los que Courtney era lo suficientemente pequeña como para dormir con sus padres habían terminado hace mucho, así que Abadón salió de la cama para llevarla a su habitación mientras Lillian volvía a la cama.
Salir al pasillo fue una experiencia mucho más brusca de lo que Abadón anticipaba.
Mientras el sonido de sus pies resonaba contra la fría piedra negra, se encontraba mirando todo como si de alguna manera fuese nuevo para él.
Las altas ventanas arqueadas con suaves cortinas rojas y doradas, el techo alto que indicaba un escenario de castillo, todo era realmente llamativo.