—...Por favor, no perdamos el tiempo hablando de viejos amores —desestimó Amaterasu—. No es que ustedes me tengan tanto cariño como para venir a visitarme sin más por algo tan simple como charla ociosa.
Abadón asintió inofensivamente, ya preparándose para soltar la otra bomba.
—De hecho... he venido a hablar con tu padre. ¿No estará por aquí, verdad?
El rostro de Amaterasu se volvió aún más pálido.
A Abadón lo aprecian muchos dioses sintoístas. Pero Izanagi ciertamente no es uno de ellos.
Quizás es simplemente porque él es una deidad creadora, y Abadón está destinado a ser el fin de toda creación.
Son como el aceite y el agua. Bloods y Crips. Alabama y Auburn. Fanáticos de música country y todos los demás.
Las pocas reuniones que han tenido casi han resultado en batallas que estallan; arruinando consiguientemente los reinos a su alrededor.