—¿Cómo lo hago? —preguntó él.
—Simplemente lo haces. Debería haberse convertido en segunda naturaleza para tu cuerpo el pasar por los cambios. Durante el mes que estuviste fuera, tu cuerpo a menudo pasaba por los mismos cambios mientras luchábamos por el control o el equilibrio. A veces volvía a tu ser normal, aunque muy brevemente.
Alexander frunció el ceño ante la declaración.
—¿Así que ustedes luchaban por el control aunque yo todavía estuviera allí?
—No te equivoques, no es que no quisiéramos cada uno controlar tu cuerpo. Pero no podíamos. El poder de Psique nos retenía. Parece que ya no me ve como su legítimo dueño... —sonó decepcionado por sus palabras, pero a Alex no le importaba menos.
Su mente se quedó atascada en el hecho de que los poderes de Psique lo habían reconocido. Se preguntaba qué había causado esto.
Pero podía pensar en esto más tarde. Por ahora, necesitaba regresar a la civilización, a su vida.