La Diferencia Entre Ganar y Perder

Lejos de los Bosques Estelares, en una región oscura del espacio, un ser dorado volaba tranquilamente por el cosmos.

Era uno de los raros momentos en los que estaba tranquilo. Estar rodeado de nada le hacía sentirse en paz.

Era extraño que el Dios de la Creación se sintiera más en paz consigo mismo cuando estaba rodeado de nada. Como si su propio dominio lo hubiera rechazado.

Gaius mantenía los ojos cerrados mientras sus sentidos rastreaban a cierto Elfo de Ceniza. Pero su ánimo no se mantuvo bueno por mucho tiempo cuando de repente él desapareció de su vista.

El gusano de la Tierra que se hacía llamar Astaroth, ya no lo podía localizar.

Lo había estado observando atentamente desde que se encontró con él, sintiendo que era extraño que un mortal llevara la esencia de una diosa desaparecida hace mucho tiempo. No creía en las palabras del mortal.

—Las coincidencias suceden, sí. Pero no tantas seguidas —dijo Gaius, abriendo los ojos.