Negociando en Concesiones

Alex ardía de frustración, su cuidadosamente elaborado plan ahora era una mera víctima de la constante postura. Era como si sus esfuerzos se hubieran ido por el desagüe.

Dado que no se podía hablar con estas mujeres sin tener que lanzar amenaza tras amenaza para mantenerlas en línea, ya no tenía el deseo de hablar con ellas. Preferiría aniquilarlas y acabar con el problema de una vez por todas.

Sorprendentemente, o mejor dicho, como era de esperarse, Kary fue quien cortó su ira.

—Envía a Blanco de regreso, Alex. No es así como debemos manejarlas —insistió, con la mano en su antebrazo, un fuerte contraste con su ira hirviente.

Alex la miró y vio su mirada seria, mientras sus ojos estaban fijos en Amara, y suspiró ruidosamente.