Su declaración no hizo nada por calmar el acelerado corazón de Kary después del susto que acababa de llevarse. Tuvo que dar un paso atrás por un segundo, para calmarse de eso, mientras los otros comenzaron a mirar la trampa.
Alex se acercó al corredor ahora bloqueado, tocando una de las barras metálicas y frunció el ceño.
El nítido *Ding* que obtuvo de la barra confirmó sus pensamientos, y se giró hacia David para confirmar.
—¿Es esto lo que creo que es? —preguntó.
David asintió, inspeccionando otra de esas barras a solo seis pulgadas más adentro, la cual cruzaba en diagonal.
—Sí. Estas son barras de magisteel. No sé cómo consiguieron barras de esto aquí, pero ese material vale una pequeña fortuna, incluso en Nuevo Edén… A menos que las hayan fundido por su cuenta, tiene poco o ningún sentido que esto esté aquí —concedió David.