—Escúchame, voy a darte algo para curar la toxina que tú y otros han sufrido. Esto cambiará las reglas del juego para ti, para todos. Selecciona un equipo capaz de cien maestros formidables y haz que se preparen para masacrar a los enemigos.
—Ok… Veamos de qué diablos estás hablando… —Pereza estaba bajo el efecto de la toxina, y su personalidad cambió drásticamente. William se había acostumbrado a este lado extraño de él y sabía que era de esperar que él y otros dudaran de sus palabras.
—El ejército de maestros atrapado allí tenía muchos maestros formidables y bien informados. Así que se esperaba que ellos también dudaran de sus palabras ya que nunca sintieron la presencia de ninguna toxina en el aire.