—William te pidió que pararas... ¿¡Yo?!! —ella se sacudió desde lo más profundo, sintió como si cayera del séptimo cielo al abismo más profundo e infierno.
—No tú, sino contra todos —John la salvó de la tortura que acababa de experimentar por unos segundos—. Él quería que yo ayudara a equilibrar las cosas. Y aquí estoy...
—¿Entonces por qué me estás contactando? —dijo ella fríamente, y luego escuchó su idea. Cuando escuchó lo que él pretendía hacer, primero lo maldijo en voz alta, lo llamó loco, infectado quizás por William. Sin embargo, cuando él explicó más, ella comenzó a ponerse silenciosa y calmada.
—¡Brillante! Me gusta esa idea tuya, jajajaja —finalmente entendió por qué él la contactó—. Pero sabes que al jefe no le va a gustar esto, ¿verdad?
—¿Quién es a quien llamas jefe? —su tío preguntó, burlándose de ella aunque sabía a quién se refería con sus palabras.
Ella miró a su tío, rodó los ojos, antes de volver a hablar con John que acababa de decir: