—Sabes que les tienes favoritismo, ¿verdad? —Pereza ya había llegado el día anterior, y se mantuvo observando cómo Guillermo cuidaba atentamente a sus maestros.
—Son miembros de mi gremio, ¿verdad? —se rió—. Y ¿cómo me voy a comparar contigo, anciano? Eres mucho más fuerte y mucho mejor educando a otros que yo, ¡jajajaja!
—Ser un abusón a tan temprana edad no es una buena señal —Pereza rodó los ojos—. Pero conseguí copias de los cristales de grabación que tenían tus enseñanzas, ¡jajajaja!
—Tú... ¿tan rápido? ¿Anjie hizo eso? —William se sorprendió de lo rápido que estos cristales se difundieron y llegaron al anciano. Y solo podía pensar en una persona capaz de hacer esto.
—No metas a mi princesa en esto, no fue ella.
—Si ella no lo hizo por sí misma, entonces lo hicieron maestros de su facción —William meneó la cabeza, y Pereza se sintió preocupado por su princesa.
—No te desquites con ella, fue todo a mi pedido...