William no parecía haberlo perdido, y eso le hizo pensar más en la presencia de alguien o algo que no podía ver ni detectar, algo que estaba conectado solo y únicamente con William.
Efectivamente tenía razón, pero tampoco sentía ninguna ira por buscar quién era o encontrar una manera de verlo también. Ya había pensado en algo, y cuando William se llevó aquel extraño cubo, tuvo la oportunidad de hablar de ello con él.
—Creo que estamos en algún lugar desconocido —dijo Pereza—. Intenté escanear la zona y nada de esto me resulta familiar en absoluto.
—Puede que estemos en otro lugar en vez de en el reino —sugirió William, pero Pereza negó con la cabeza.
—He vivido lo suficiente como para recorrer todo el continente, visité todos los reinos y montones de sus lugares. Estoy seguro de que ya no estamos en ese continente.